sábado, 30 de noviembre de 2013

Íñigo Montoya y el negocio de la venganza

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Después leer no hace mucho una entrevista con el actor Mandy Patinkin —ahora en candelero televisivo por la premiada serie Homeland— en la que señalaba que todavía se encontraba con mucha gente que le repetía la frase ‘Hello. My name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die’, decidí dedicar la tarde fría y ventosa a volver a ver la película, La princesa prometida, que tenía olvidada desde hace mucho tiempo.
Los cinéfilos habrán recordado esa frase, repetida como una obsesión por su personaje del bandido español en la película de Rob Reiner, una obra atípica que gustó a todo el mundo por su peculiar sentido del humor. Así, una película, que desmitificaba los cuentos clásicos de héroes, villanos, gigantes y princesas, creó su propio mito cinematográfico, convirtiéndose en una referencia de la cultura popular.
La princesa prometida es una potente máquina de fabricar "memes", contenidos que como esa frase de Íñigo Montoya, se repiten por todas partes. No es la única frase de la película. La pagina de citas de la película en la IMDB recoge hasta 126 ítems en la que la frase de Montoya ocupa los lugares segundo y tercero. No está mal el número si comparamos, por ejemplo, con "Casablanca", que cuenta en la IMDB con 90 entradas de citas. Casablanca es un película especialmente dada a las frases, pero parece ser que la gente ha valorado muy bien el magnífico trabajo que hizo el guionista William Goldman a partir de su propia novela.
Queda por saber si las películas se recuerdan por las frases o las frases por las películas, aunque me imagino que será la conjunción de ambos factores lo que contribuye a la permanencia en el recuerdo colectivo. He realizado un rápido paseo por las redes sociales y se puede comprobar que la película de Reiner se encuentra muy viva, presente en múltiples formas, desde páginas de Facebook con la frase de Montoya hasta clips en YouTube que se limitan a repetirla. Hay tatuajes, camisetas, sudaderas, figuras de colección, caricaturas, retratos del personaje... Íñigo Montoya, por supuesto, tiene su propia entrada en la Wikipedia.

El diario El Mundo titulaba así una noticia sobre Homeland: "Hola, me llamo Iñigo Montoya. Prepárate para verme en 'Homeland'" (23/12/2012). Puede que no fuera muy original, pero nos muestra la fuerza del "meme" pasados unos cuantos años ya. El actor, ganador de premios de teatro, en esa misma entrevista confiesa que "le encanta" que le recuerden la frase y muestra como satisfacción que la gente pensara que era realmente español, muestra del buen trabajo con su acento en la película.
Sin embargo, el sentido de escribir estas páginas va por otro camino. En la entrevista realizada a Patinkin por la CBS hace unos días, Patinkin señalaba que había dos citas favoritas de su interpretación en la película. La primera obviamente es ‘Hello. My name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die’, porque no ha que ser desagradecido con aquello que nos mete en la historia y nos crea admiradores. Pero interesante aquello que señalaba de su segunda cita. En el resumen de la entrevista de la CBS recogido en Deseret News se señala:

But Patinkin continued by saying that about five years ago, he heard a different line from the film that touched him. One night his wife was watching "The Princess Bride" and, as he walked in, he caught the end of the movie.
“The 55-, 58-year-old Mandy (was) watching the 30-some-year-old Mandy say a line that I said, 'It’s in the movie, but I didn’t really hear it as that young man,' ” Patinkin said. “And for me, it’s the most potent line in the whole film.” 
“That line is, ‘I have been in the revenge business so long, now that it's over, I do not know what to do with the rest of my life.’ And I love that line, and I love it for all of us because the purpose of revenge, in my personal opinion, is completely worthless and pointless. And the purpose of existence is to embrace our fellow human being(s). Not be revengeful, and turn our darkness into light.”


Es curioso que se pueda descubrir, pasados más de veinte años —la película es de 1987 y Patinkin señala que fue hace unos cinco años— se pueda descubrir un línea de texto que se considere como la más profunda de la obra.
En un comentario anterior en que tuvimos ocasión de hablar de la película de los hermanos Taviani, se producía un fenómeno de descubrimiento por parte del actor del sentido de una frase de su vida fuera de la obra, el Julio César, de Shakespeare. El actor, un preso, se queda asombrado porque acaba de comprender el sentido de unas palabras que le dirigió un cómplice durante la preparación de un golpe. El contexto de la obra le permite, como una epifanía, descubrir el sentido de lo dicho. [ver entrada]

En el caso de Mandy Patinkin, los años pasados, la experiencia acumulada en su vida, le permiten ir más allá de la frase ‘Hello. My name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die’, cuya mecanización ha escondido su sentido profundo, la anulación de cualquier otro discurso posible, sustituido por la obsesión de venganza. Comprendemos que la repetición de la frase por parte del protagonista, más que un efecto cómico —que lo es también—  está mostrando la reducción del personaje a una única pasión, la venganza. Es como en la historia sufí del ex preso que sigue encarcelado en su propio odio porque no puede dejar de pensar en su carcelero. Montoya vive prisionero de una idea.
El choque de Patinkin al regresar a casa y encontrarse a sí mismo al final de la película diciendo desde la pantalla ‘I have been in the revenge business so long, now that it's over, I do not know what to do with the rest of my life’, supone un descubrimiento, otra forma de epifanía próxima a la del personaje de los Taviani. Su reflexión al respecto es que como joven actor estaba más cerca de ver la muerte del objeto de su obsesión como el final de algo —como un cierre vital— que de percibirlo como la apertura de un vacío: ¿qué sentido tiene la vida cuando se ha cumplido el único objetivo que la presidía? Han tenido que pasar muchos años para comprenderlo. La venganza excluye cualquier otra posibilidad, no quiere rivales, nos posee absolutamente.


La cita que está en primer lugar en la lista de la IMDB —de Montoya también— es interesante. El personaje del siciliano, Vizzini, que ha secuestrado a la princesa Buttercup, tiene por costumbre repetir la palabra "inconceivable" en cualquier situación. En una de ellas, Íñigo Montoya, harto, le dice: "You keep using that word. I do not think it means what you think it means."
Quizá las cosas no signifiquen siempre lo mismo; quizá —como quieren algunos pensadores— digamos las cosas sin saber totalmente lo que decimos o descubramos, mucho después de dichas, como Patinkin, lo que se escondía detrás de las palabras, que vuelven a nosotros para revelarnos nuestra incomprensión. A eso se dedicó Proust.



* "Inigo Montoya actor talks favorite quotes from 'Princess Bride' with CBS" Deseret News 30/10/2013 http://www.deseretnews.com/article/865589439/Inigo-Montoya-actor-talks-favorite-quotes-from-Princess-Bride-with-CBS.html


Joaquín Mª Aguirre es profesor de la UCM, crítico, editor de la revista de estudios literarios Espéculo y del blog El juego sin final. Su blog diario es Pisando charcos.

martes, 26 de noviembre de 2013

La necesidad de aprender los caracteres chinos

Xiaoling Wang
Para mi amiga María, la palabra más fácil de recordar del chino es “gato”, que se llama “māo”. Esto se debe a que este sonido es similar al maullido de gatos. Sin embargo, por mucho que se parece el sonido de la palabra “mù” con el mugido de las vacas, su significado es madera. Y para los chinos, la forma de escritura de “mù” nos ayuda mucho a comprender. Porque el carácter se escribe así , abstrayendo al imagen de un árbol y su raíz. 

Aunque mucha gente llama la escritura del chino “Pictografía” o “Ideogramas”, el nombre más correcto es “Logograma”. El logograma se usa para recordar la lengua, por eso tiene relación correspondiente con el sonido y el significado del idioma chino. Por ejemplo, la palabra “māo (gato)” se escribe , el radical de la izquierda señala alguna relación con el animal y lo de la derecha un “miáo” señala que se pronuncia semejantemente o incluso igual que estas palabras.

Aparte de recordar el sonido y el significado, la escritura china también se usa para distinguir las palabras. En el sistema del chino, hay muchas palabras que tienen el sonido; aún más, el mismo sonido tiene cuatro tonos. Por ejemplo, si quieres marcar la diferencia entre la palabra “caballo” y “madre” en el chino, tienes que pronunciar bien el primer tono y el tercer tono puesto que los sonidos son iguales, y se escriben “mă” y “mā”. Además, el mismo sonido “mă” puede dirigirnos a la dirección totalmente distinta: un “hào mă号码” y un “hăo mă好马” significa “número” y “caballo bueno” respectivamente. Entre ellos, no sólo se ve la diferencia al escribir los caracteres chinos, sino también es evidente al observar que las palabras escritas consisten en un elemento mismo “mă” como parte de la pronunciación. 
La polémica del aprendizaje del chino deriva de la invención del sistema de transcripción fonética, que se llama el “Sistema de Pinyin”. En el caso de “mă (caballo)”, el “mă” es el Pinyin de esta palabra. Se creó en el año 1958 para facilitar el aprendizaje del chino utilizando letras del alfabeto latino. A medida que se desarrollan la enseñanza del chino como la segunda lengua, el Pinyin se ha convertido en lo más útil para los estudiantes de lengua materna alfabética. En este sentido, mucha gente deja de aprender los caracteres chinos y solo se aprende el Pinyin.
No se puede negar que los trazos de los caracteres chinos sean más difíciles de escribir, pero se usan como un medio del lenguaje especial, no son meramente unos signos como los números arábigos sino que tienen sentidos distintos. En la escritura china hay una parte más antigua que se fue originada de cosas concretas de la naturaleza, que son llamadas “pictografía” como la palabra “mù”. Pero si ponemos dos caracteres de esta palabra juntos, tenemos una palabra nueva, al escribir “lín” aparece la palabra árboles; y si se le suma otro más ── componen otra palabra nueva, se escribe “sēn ”, significa bosques. Este “Ideograma combinado” forma una de las cuatro estructuras de la escritura china, que sería una manera interesante de aprender el significado de los caracteres chinos.



El chino es una lengua antigua; hoy en día los intelectuales chinos pueden leer libros antiguos sin mucha dificultad. Como estas riquezas de la mente se quedan plasmadas en forma de escritura, ¿por qué abandonar la oportunidad de conocer más de la lengua o, mejor dicho, de la cultura china? Y lo más importante de los caracteres chinos es que a pesar de que no te entiendes con los chinos que hablan dialectos de forma oral, te pueden entender por la escritura sin problemas.





* Xiaoling Wang es Magíster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y realiza su doctorado sobre comunicación en esta universidad.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Un buen título cuenta bien la noticia en la época digital

Xiaoling Wang*
“República Centroafricana, la Cenicienta que se convirtió en fantasma” es el título de una noticia sobre las revueltas del país que se reporta por el diario digital Elmundo.es [1]. Éste título no aporta información suficientes sobre el acontecimiento porque es difícil conocer cuál es el foco de la noticia. 
Como expresión retórica, la metáfora se utiliza para describir o calificar cosas a través de algo semejante, por lo que podemos lograr información extra que va a ayudar a comprender las informaciones originales. Sin embargo, la semejanza entre lo literal y lo metafórico depende de la percepción del autor, o mejor dicho de los conocimientos que le han sido inculcados por su sociedad. Por eso, es muy posible que se produzca un malentendido o confusión en una metáfora relacionada con un aspecto cultural. 

Por ejemplo, la frase “ponerse como un flan” se refiere a que la persona está muy nerviosa, debido a que flan es un dulce muy delicado y si lo mueves va a temblar como si estuviera nervioso. Pero en caso de que los lectores sean de países en los que no se conoce el postre del flan, como China, esta metáfora no revela información, sino que la ensombrece. Lo mismo ocurre en el título citado, la metáfora “Cenicienta” y “fantasma” implican muchos antecedentes culturales que van a apartar a los lectores. 
La fuente de esta noticia es la agencia Reuters, y el artículo original se tituló así: “Bozize ouster is latest power grab in Africa's ‘phantom state’” [2] (La expulsión de Bozizé es la última usurpación de poder en el ‘Estado fantasma’ de África). Este título consistía en muchas informaciones como el protagonista, el suceso y el lugar, etc. Aunque hay una metáfora que no se puede entender muy bien, hará posible atraer el interés de los lectores para saber cuál es el “Estado fantasma”. 
En cambio, en Elmundo.es no se conservan las informaciones válidas de la noticia, sino que añade una metáfora más culta. 


s sabido por todos que necesitamos informaciones válidas para arreglar nuestra vida. Si el título no satisface esa necesidad, no nos interesa continuar leyendo toda la noticia. Sobre todo, en la época digital, lo que contrasta con la explosión de información es la escasez de recursos de la atención de la gente. Entonces, podemos decir que el propósito fundamental del titular debe ser tratar de captar la atención de los lectores y transmitir una información válida. Como dice la investigadora Ureta [3] , “la necesidad de evitar cualquier posible confusión interpretativa por parte del lector lleva a los títulos de Internet a emplear pocas metáforas y juegos de palabras, a diferencia de lo que ocurre en la prensa impresa”. 
Según mi investigación comparativa de los títulos de las ediciones digitales de dos periódicos [4], las palabras más simples y claras funcionan en beneficio de la buena recepción de la información, haciendo que el flujo de noticias corra más libremente. Pero, como contrapartida, también se ve aumentar el desequilibrio informativo al disminuir los flujos de información en determinadas direcciones.
En efecto, aunque Internet sea muy beneficiosa para transmitir informaciones, los periodistas todavía tienen que tomar en serio la redacción de las noticias para que no alejarse de los lectores. Después de todo, es una herramienta; lo más importante es el criterio de la persona que la usa.



[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/25/internacional/1364200449.html
[2] http://www.reuters.com/article/2013/03/24/us-centralafrica-rebels-factors-idUSBRE92N0IY20130324
[3] URETA, Ainara Larrondo (2008): Los géneros en la redacción ciberperiodística: contexto, teoría y práctica actual. Bilbao: Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, p. 113.
[4] Los dos periódicos digitales son Elmundo.es de España y huanqiu.com de China.



* Xiaoling Wang es Magíster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y realiza su doctorado sobre comunicación en esta universidad.

BIG DATA, ¿un nuevo concepto o simplemente una vuelta de tuerca?

Belén Mainer Blanco*
Hace cinco o seis años llegó a nosotros el término "cloud", la nube. Era algo que ya convivía con nosotros aunque no teníamos mucha conciencia de ello. El extinto Messenger o nuestros correos Hotmail o Gmail ya estaban en la nube. Entonces se hablaba de la nueva tendencia sin saber si cuajaría en el mercado.... pero cuajó. Su uso se ha ampliado hacia el ámbito empresarial, hacia el Internet de las cosas, etc., que ha hecho que hoy la nube esté entre nosotros. ¡Y en tan poco tiempo! Recientemente, un amigo me confesaba cómo descubrió la infidelidad de su pareja porque, ¡qué vergüenza!, subió a la nube la información de su móvil! Ella, la infiel, le había confiado sus claves. Él solo tuvo que conectarse para tener la certeza de lo que ya sabía. Hay quien sabe cómo facilitar que les pillen… ¡qué cobardía!
Pero volvamos a lo que nos ocupa. La nube ha sido, es y seguirá siendo un éxito; adaptada a todo tipo de demandas y requerimientos. En muchas ocasiones el asunto consiste en dar una vuelta de tuerca a lo ya creado, es lo que se llama innovación, ver desde otros prismas una realidad consolidada (la nube era un paso más de lo que ya se sabía, una evolución de la virtualización). Hoy, el término de moda es Big Data, un mecanismo que nos permite consultar y gestionar en segundos enormes bases de datos. Y la pregunta de un usuario normal, de a pie, es: ¿eso cómo me afecta? Es cierto, está dirigida a grandes empresas, pero todos somos al final clientes de alguna gran empresa…, por tanto, también nos afecta. Muy sencillo, hoy me ponía un gran ejemplo un amigo. Comentábamos las detenciones producidas sobre pasajeros que habían publicado comentarios contra EEUU en su Twitter personal. Big Data permitió conocer a las autoridades estadounidenses esa información en segundos y se la hizo llegar al que la requirió: el gobierno de los EEUU (con muy poco sentido del humor en esta materia), lo que permitió detectar a los infractores. ¡Qué desfachatez, cómo se atreven a insultar a EEUU y luego venir de visita!

Big Data permite rastrear dónde y a quién llegan nuestros Twits, permite rastrear nuestra navegación, permite buscar por la red la información que nos interesa en breves momentos… Somos un libro abierto para quien quiera saber qué consultamos, interesante.

Y no perderé la oportunidad de decir lo que Big Data significa para la nueva generación de consolas, que pronto inundarán el mercado para ofrecernos todo el consumo a golpe de mando. Nos aconsejarán lo que creen que nos puede gustar por nuestro historial de búsquedas, consumos… Nos ofrecerán todo el ocio en el salón de nuestra casa. Una comunicación directa con el usuario a través de un dispositivo elegante (digno de estar en el salón). Sin duda, un hecho del que no perderán la oportunidad de criticar los detractores de esta industria, como el estudio recientemente publicado acerca de que los videojuegos son la causa del menor rendimiento de los niños en las escuelas. ¡Qué horror y ahora, encima, el demonio se mete en el salón!





* Belén Mainer Blanco es periodista y trabaja en Gabinete de comunicación empresarial; doctora por la Universidad Complutense de Madrid, especializada en el campo de los Games Studies.