sábado, 21 de junio de 2014

La Buena Tierra: un relato auténtico sobre la cultura tradicional china

Kai Zeng*
The Good Earth
Sobre las interpretaciones de la esencia de la cultura tradicional china, las palabras de algunos famosos escritores chinos contemporáneos con gran fama y gloria, como portavoz oficial de nuestra cultura, o las opiniones de los extranjeros, ¿Cuáles son los más reales, creíbles y vívidas? No puedo concluir fácilmente. Hasta que un día, en el cineforum, nuestro profesor nos presentó la película La Buena Tierra, me dio una profunda conmoción.
Después de la clase, quería realizar un comentario, pero cada vez que me sentaba frente al escritorio, no sabía por dónde empezar. Este sentido me hace pensar una famosa frase: ¨como un gran sonido de escasa tonalidad, como un gran cuerpo imagen) sin forma¨ (Tao te Ching, Cap 41), según el Viejo Maestro Lao Tse, la verdad purísima no se puede describir ni transmitir por el simple lenguaje, sino que debe ser sentida por el corazón. 
Esta obra me conmovió mucho, por su precisión para la reconstrucción de la realidad. Las escenas, los accesorios, los vestuarios, los maquillajes y los diálogos parecen auténticos, sacados por la vida real de un pueblo chino en el siglo XX. Como su fundamento, la novela original es una tesoro de nuestra cultura tradicional, por allí podemos identificar todos los que tenemos y hemos perdido durante el tiempo. Nos permite descubrir los elementos típicamente originales de China, además, sentimos un mejor espíritu de la humanidad. La autora conoce China mucho mejor que mayoría de los chinos, por su talento literario, experiencia personal y perspectiva intercultural.  
Pearl S. Buck, llegó a China cuando era una niña y vivía en esta tierra oriental durante 40 años. En aquella época, tenía una profunda amistad con los representantes culturales de este país, como Hu Shih , filósofo y ensayista, uno de los intelectuales más destacados del Movimiento del Cuatro de Mayo; Mei Lanfang, uno de los artistas más influyentes de la ópera de Pekín en la historia moderna; Xu Zhimo, el famoso poeta, fundador de la escuela de la Luna Nueva; Lao She, novelista y dramaturgo, símbolo de la literatura moderna china del Siglo XX. Ella también experimentó una época turbulenta; fue testigo del sufrimiento y el sueño de esta antigua civilización. Se puede decir que la propia vida de la autora es un proceso de intercambio culturalse presenta una fusión de los valores oriental y occidental. Por eso, su obra La Buena Tierra como si fuera el vino de gran reserva elaborado y embotellado en una antigua porcelana oriental, contiene diferentes niveles de sabor. También nos deja temas importantes sobre China para analizar. 


El apego sentimental a la tierra del pueblo chino
  Cualquier ser humano no puede vivir sin los elementos básicos otorgados por la naturaleza como el agua, el aire y la luz solar. En la cultura tradicional china, la combinación del cielo, la tierra y la gente son considerados como el requisitos para construir un mundo armonioso. Para los antiguos chinos, el cielo ¨Tian¨ significa el poder del dios. Por ejemplo, el emperador se llama a sí mismo ¨Tian Zi¨ (El hijo del cielo), significa el derecho divino de los reyes. Ellos creían que en algún lugar del cielo vivían distintos dioses a cargo del clima, la hidrología, las mareas y los desastres que influyen profundamente en las cosechas anuales. Esencialmente, el politeísmo chino no tiene diferencia con los de otras civilizaciones como el antiguo Egipto, la antigua Grecia y la antigua India; meramente, Zeus para los antiguos griegos en china fue denominado como el Emperador de Jade.
Si el poder del dios es invisible y el cielo es imprevisible, están fuera del control de los recursos humanos, entonces la tierra tiene un valor más práctico. Cuando un campesino se puso de pie en fértiles tierras de cultivo bien trabajadas y organizadas, recoge un puñado de suelo fértil con dos manos, en este momento, no es difícil para conseguir una sensación de seguridad y un sentido de la presencia, porque esta base de todos los medios de producción es visible, tocable y probable, le da la fe, la confianza y la energía de trabajar y luchar para crear la felicidad de la vida.

esclavo de la casa

A los chinos les gusta el sentimiento de ser el propietario de tierras, hasta un grado incomprensible. En La Buena Tierra, los protagonistas trabajan con afán, ganan y ahorran el dinero para comprar más tierras. Incluso en frente de los desastres naturales, prefieren huir a vender su tierra. Al recibir una riqueza inesperada en el sur del país, su primer deseo fue volver a la casa para organizar su tierra. En el día de hoy, los precios de las viviendas en China son muy altos, y según la ley, la tierra no es una propiedad privada de carácter permanente, un ciudadano sólo tiene 70 años de la posesión de su tierra. Aún la realidad es cruel, mayoría de las familias chinas no rechazan ser ¨esclavos de la casa¨, pagan sus ahorros de toda la vida para comprar un piso en un pedazo de tierra. Sin casa, tienen miedo de cansarsecasarse y disfrutar la vida.

Los personajes de la película emplean toda su vida para la acumulación de la tierra, los chinos de hoy hacen lo mismo, no existe gran diferencia; compran piadosamente un pedazo de tierra sin una plena propiedad. Eso me hace pensar una broma: Una anciana china guardaba el dinero durante toda su vida, compró una casa con todos sus ahorros antes de morir, no disfrutaba con mucho tiempo y murió rápidamente. Una anciana estadounidense compró una casa por préstamos caseros, se trasladó a su nido cuando era joven y después trabajaba para devolver el préstamo. Antes de morir, había pagado todas las deudas y también había disfrutado su vida. Sin duda, esta historia es exagerada, pero la realidad es igual: la tierra y la casa son bienes reales y visibles, son consideradas como las propiedades más importantes para los chinos. Para nosotros, una tierra propia simboliza el hogar, la protección, un puerto para la vida, que determina nuestra forma y actitud ante la vida y el trabajo. Creo que eso es una costumbre y una ideología arraigadas en la cultura tradicional china. Detrás de ella, se reflejan las diferencias de los valores entre el modelo económico que se centra en la producción agrícola y el modelo comercial.
Aunque el territorio de China es muy grande, en muchas zonas están las montañas, las mesetas y los desiertos. Sólo en las zonas de llanura entre los dos grandes ríosYangzi y Amarilloexiste un espacio magnifico para desarrollar una agricultura a gran escala y para construir una civilización con gran población. En la antigüedad, los antepasados chinos cultivaban arroz, trigo, mijo, etc., en la zona de los dos ríos y establecieron una civilización agrícola. Por la distribución de la tierra y el calendario agrícola, los campesinos tienen que trabajar y vivir juntos en un determinado territorio, no tiene mucha ocasión ni costumbre para viajar por otro lugar y desarrollar un comercio avanzado e internacional, sino que prefieren un tipo de modelo económico de autosuficiencia. La fortalezas y la debilidad coexisten, en la larga historia de China no apareció civilización de polis, sino que nació una civilización feudal de alto nivel de centralización. Bajo esta condición, la economía de la agricultura es respetada y el desarrollo comercial se inhibe. La tierra es considerada como la base más importante de la producción agrícola, se relaciona estrechamente con cada persona.


Antes de la construcción de la Ruta de la Seda, en un largo periodo, los chinos vivían en una sociedad cerrada. Hay una poesía famosa en el periodo antes de la dinastía Qin describe la forma de la producción y la vida de aquella época: ¨日出而作日入而息凿井而饮耕田而食¨, traducido en español como: Trabaja cuando sale el sol, descansa cuando se la puesta del sol, excava el pozo para beber, cultiva la tierra para comer. Así podemos observar que todas las actividades económicas y sociales tiene relación estrecha con la tierra. Hay una frase popular que dice  ¨各人自扫门前雪莫管他家瓦上霜¨, traducido en español como: Barra usted mismo el nieve en frente de la puerta de su casa, no se preocupe por la helada sobre los azulejos de su vecino. Esta frase enseña a la gente a organizar bien su propia vida, a que no se meta en la vida de otros. Bajo la influencia del cerrado entorno geográfico continental y una forma tranquila para vivir, los antepasados chinos formaban un pensamiento conservador, no tenían el espíritu pionero, preferían organizar el mundo interior, no tenían mucho interés por el mundo exterior. 
Los filósofos chinos plantearon una idea de la división de las clases sociales; se dividió la sociedad en 4 clases; son los funcionarios, campesinos, artesanos y comerciantes. Según esta clasificación, el nivel de los funcionarios es considerado como el superior y más importante, y el nivel de los comerciantes es considerado como lo más bajo. Por eso podemos descubrir que los antiguos filósofos chinos no se dieron cuenta de la importancia del comercio. Si un campesino quiere salir del pueblo, para descubrir el mundo, o un negociante quiere viajar por otras ciudades para expandir el mercado y buscar más oportunidades, tienen que enfrentar las amenazas y los desafíos de perder su tierra, así pierdan su medio de producción e identificación social.
En el período de la crisis financiera mundial, China encontró la desaceleración económica; el gobierno no planteaba métodos eficaces para salvar la industria y la fabricación ni para mejorar la productividad, sino que prefirió incentivar al sector inmobiliario para estimular la demanda interna. Esta política es irracional; su esencia es como beber el veneno para tratar el cáncer. En este camino al infierno, nadie triunfa; ha habido muchos ejemplos de fallo. Los economistas de todo el mundo preguntan: “¿Por qué la economía de China todavía no se ha derrumbado? Porque el estado siempre juega con la tierra, un bien con demanda infinita por 1,6 mil millones de fanáticos seguidores.
La buena tierra, la mala tierra, son las tierras mágicas para los chinos que tienen el sueño de ser propietarios.

La transformación de las clases sociales de antigua china
China tiene una larga historia con miles de años, una dinastía fue reemplazada por otra, un régimen fue derrocado por otro, pero la esencia cultural, la estructura social, la tradición y la costumbre del pueblo no han encontrado grandes cambios. Una estructura de estabilidad siempre está apoyada por una dinámica de los cambios internos de las clases sociales. Bajo el fenómeno superficial en calma, ocurrían transformaciones cíclicas. La Buena Tierra nos demuestra esta realidad: Un campesino pobre cultiva la tierra, paga la renta y ahorra dinero para comprar más tierras, a través de su sabiduría de funcionamiento y trabajo duro, con el tiempo se convierte en el terrateniente que es capaz de ofrecer préstamos a otros campesinos pobres. El campesino y el terrateniente son una contradicción, pero no son enemigos con odio profundo. Según la descripción de Pearl S. Buck, ellos forma una comunidad de intereses que se relacionan estrechamente con la tierra. Los campesinos no son esclavos y los ricos no todos son vampiros con corazón malvado. En la novela, un campesino puede casarse con una sirvienta en la casa grande, la mujer terrateniente presidió su boda. Un pobre tiene ocasión para ser un rico por su trabajo. En realidad, no hay mucha personas ricas desde su nacimiento y no hay millonarios para siempre. La esencia de la filosofía tradicional china es la conversión mutua entre los diferentes elementos y la coordinación del Yin y el Yang. Pero hoy en día según las propagandas oficiales de PCC, los explotadores y los explotados son enemigos naturales, entre ellos no existen medios de cambios de papeles excepto una revolución con el fin de eliminar completamente las clases explotadoras. Curiosamente, la novela describe la realidad, contraria, la propaganda ideológica como la realidad actual parece sacada de cuentos de hadas.

Esta película tiene un final magnifico: frente a un desastre natural, el protagonista, un escudero volvió de nuevo a ser un líder de los campesinos, dirigió a las gentes para luchar contra las catástrofes. En este momento espectacular, la diferencia entre las clases sociales se eliminó, los pobres y los ricos se unieron juntos en una misma tierra para defender su casa. Esta escena nos permite observar el regreso de la humanidad y reexaminar nuestra cultura tradicional. Me hace pensar en otra película estadounidense Un paseo por las nubes (1995); son parecidas. Este idilio chino tiene un final feliz, de estilo americano porque la literatura contemporánea china nunca destaca el papel positivo del terrateniente. Pero es un final más cercano a la cultura tradicional china, bajo una perspectiva de la armonía.

La imagen de las mujeres tradicionales chinas
Les pregunté a mis amigos extranjeros:¿Cuál es su impresión sobre las mujeres tradicionales chinas? Me respondieron que conocían la imagen de las mujeres tradicionales chinas a través de la película Fa Mulán (1998) de Disney o de la película Tigre y dragón (2000), de Ang Lee. Pero las protagonistas de estas obras presentan unas características masculinas del caballero andante. Y otros amigos hablan sobre el costumbre del vendado y la poliginia. Estas imágenes representan la realidad, pero también forman un estereotipo.
La Buena Tierra construyó una imagen diferente pero auténtica: una mujer ordinaria, tranquila, que siempre sobrelleva las penalidades. Frente a las deficiencias de su marido, ofrece su amor magnánimo. Definitivamente ella no es débil porque para salvar la vida de todos los miembros de la familia, tiene valentía para asumir la responsabilidad y el dolor al matar el búfalo para hacer la comida. Ella no es estúpida porque nunca desperdicia, acumula todas las riquezas para expandir y mejorar la carrera de su marido. Ella no es de miras estrechas porque frente al daño por la traición de su marido, prefiere soportar humillaciones a fin de cumplir la misión de mantener la integridad de la estructura de la familia. La actitud de esta mujer es una buena interpretación de ¨Ren¨ (Analects 12:1) que se considera la expresión externa de los ideales confucianos, es la virtud confuciana que denota la buena sensación de unas virtuosas experiencias humanas al ser altruista.
La autora nos describe una gran imagen de las mujeres tradicionales chinas, como si fuera la tierra, alimenta todas las vidas y es tolerante con la diversidad. 



Fuentes:
Lao Tse, Tao te Ching.
Ley de la Propiedad de la República Popular de China.
Analects 12:1


* Kai Zeng es Máster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Realiza su doctorado en la UCM.


viernes, 13 de junio de 2014

Turing, Eugene y la inteligencia o naturalidad y artificialidad

Joaquín Mª Aguirre (UCM)*
En estos días los titulares de la prensa han resaltado la "superación" del llamado "Test de Turing" por parte de una máquina. El Test de Turing es aplicable a cualquier ordenador y es sencillo pues no requiere más que unos humanos que no sean capaces de distinguir si aquel al que interrogan es una máquina o un ser humano. El test, por decirlo así, somos nosotros, filtro por el que ha de pasar la máquina para recibir el certificado de "inteligente". La máquina es interrogada por escrito hasta que nuestro veredicto sea si estamos ante una máquina o un ser humano.
Si hay una definición complicada (muchas lo son) es la de "inteligencia" por dos motivos: primero, porque nos afecta y, en segundo lugar, porque nos usamos como medida para establecer la de otros. El hecho de que sin tener claro lo primero (qué es la inteligencia) podamos establecer lo segundo (el grado de inteligencia animal o artificial) se vuelve entonces problemático en las dos direcciones. Existen muchas definiciones de "inteligencia" manejando múltiples factores, desde biológicos a educativos o ambientales. Por el mismo motivo, existen suficientes discrepancias y desacuerdos en los modelos aceptados por unos u otros. "Inteligencia" no es algo aislado, sino que se demuestra en las formas de actuación o comportamiento. No se es inteligente; se demuestra inteligencia. Por eso no hay que hacerse análisis, sino pasar pruebas o test como el de Turing o de cualquier otro tipo. Eso significa que el tipo de prueba es determinante de los resultados posibles y de las divergencias entre los que diseñan unos y otros, según lo que midan. Una teoría que ponga énfasis en unos aspectos considerándolos claves de la inteligencia, será eso lo que mida. Puede que otros valoren otros distintos y así nos encontramos con esa unidad "teoría-medida" a la que cada uno se adscribe.

El Test de Turing no trata de medir la inteligencia de la máquina. Se limita a señalar que si nosotros somos la medida de todas las cosas, también lo seremos como evaluadores de la inteligencia. No hace falta más prueba que el que no sepamos distinguir si somos humanos o máquinas. Aquí se produce una identidad entre "humano" e "inteligente" que permite a la máquina ser inteligente si parece humana, es decir, si estamos convencidos de ello.
Por eso no acabamos de entender los reparos que algunos ponen a la máquina que ha conseguido ser indistinguible para una parte de los jurados. La máquina se ha desarrollado con un fin, pasar el test, algo que puede ser considerado como "su" objetivo vital de supervivencia. Los esfuerzos de sus programadores no estaban centrados en hacer una "máquina inteligente", sino en hacer una máquina que fuera indistinguible por los jurados:

“Nuestra primera idea -asegura Vladimir Veselov, uno de los programadores de Eugene Goostman- es que él pudiera decir que lo sabía todo, pero su edad hace que el hecho de no saberlo todo sea algo perfectamente razonable. Nos llevó un montón de tiempo desarrollar un personaje con una personalidad que fuera creíble”.
Por supuesto, el éxito de la prueba no ha tardado en suscitar controversias. Algunos expertos han tachado de “exagerado” el anuncio de los organizadores del evento, alegando que los programadores “utilizaron el sentido del humor” y la edad del personaje para que Eugene pudiera confundir a sus examinadores y ocultar sus tendencias no humanas.
Con todo, Eugene Goostman ha logrado convencer a muchos de que nació en Odessa (Ucrania), hace 13 años, de que su padre es ginecólogo y de que tiene a una cobaya por mascota. A lo largo de su existencia, Goostman ha sido sometido al test de Turing en varias ocasiones. Ya estuvo cerca de superarlo en 2001, 2005 y 2008. Y en 2012 logró convencer de su “humanidad” al 29 por ciento de los jueces que le examinaron durante una competición, que ganó contra otros cinco competidores artificiales. [1]


Acertaron los programadores en su estrategia: lo primero no es hacer una máquina muy lista, sino una máquina creíble. Por eso empezaron por fabricarse un personaje —el joven ucraniano de 13 años, Eugene Goostman— y escribirle un guión adecuado. Todos somos hijos de nuestra historia, es decir, estamos moldeados por nuestras experiencias vitales que nos van tallando. Por lo tanto, lo primero que necesitaba "Eugene" era "vida" porque es de esas experiencias de donde deberían salir sus reacciones, sus respuestas  a las preguntas.
Tenemos el prejuicio de que una máquina inteligente es un artefacto lleno de conocimientos. Eso no es más que un deseo de nuestra frustración, una idealización del conocimiento. Una máquina humanamente inteligente es una que se nos asemeja en las limitaciones y formas de reaccionar, por eso el hecho de ser indistinguible es lo que Turing consideró decisivo: si conseguía convencer de que no era una máquina a un 30 por ciento de los examinadores, se podía dar por buena.

En términos de memoria, los ordenadores tienden a acumular información en la memoria "semántica" y en la "procedimental" —datos sobre el mundo y sobre cómo realizar operaciones— porque son las que nos resultan más útiles. Sin embargo, las máquinas carecen de una "memoria episódica", que es la que da unidad y entidad al "yo". La memoria episódica es nuestra propia vida, el recuerdo de acciones, reacciones y emociones, más allá de lo estadístico. Por eso no tiene nada de particular que los programadores de Eugene Goostman hayan comenzado por crearle una personalidad precisa con sus detalles más precisos. Son esos detalles los que apuntalan sus reacciones de hoy y le hacen convincente. Somos animales históricos; tenemos una coherencia generada en nuestro propio devenir.
La queja de los críticos de que usaron el "sentido del humor" es absurda porque es algo específicamente humano (y puede que alguna otra especie). Desde un punto de vista lógico y estratégico, todo lo que sirviera para que lo confundieran con humano es humano. Podían haber hecho un personaje agresivo y mal hablado, mordaz, etc., o haber elegido la estrategia de crear un personaje mentiroso, y hubieran sido igualmente humanos. ¿Acaso no hay gente así, mentirosa y agresiva? Lo importante es la coherencia con su propia historia, que sepa lo que deba saber en términos relativos a su propio devenir. Lograrlo es un gran reto intelectual y un enorme logro, como lo es escribir un personaje —un Hamlet, una Lady Macbeth— del que se pueda decir que es humano, el sentido artístico de creíble y coherente. Cuando no nos creemos un personaje sobre las tablas de un escenario decimos que es muy "artificial". El "Eugene Goostman" programado, en cambio, es natural.
Lo interesante del Test de Turing —de cara al futuro, cuando los programas estén más perfeccionados— será ver qué ocurre cuando los jueces del test comiencen a señalar mayoritariamente a los humanos que participan en la prueba como máquinas, concediendo mayor credibilidad a los ordenadores, es decir, que las personalidades programadas nos lleguen a parecer más naturales que las reales. No sé qué dirán los críticos entonces.



[1] "Un ordenador pasa por primera vez el test de Turing y convence a los jueces de que es humano" ABC-blogs "El Blog. Ciencia y Tecnología" http://abcblogs.abc.es/nieves/public/post/un-ordenador-pasa-por-primera-vez-el-test-de-turing-y-convence-a-los-jueces-de-que-es-humano-16362.asp/



* Joaquín Mª Aguirre es profesor de la UCM, crítico, editor de la revista de estudios literarios Espéculo y del blog El juego sin final. Su blog diario es Pisando charcos.

domingo, 1 de junio de 2014

Divagaciones sobre las palabras de los colores

Xiaoling Wang*
El ser humano no puede prescindir de los colores, pues rodean toda nuestra vida. Así que la lengua del ser humano tampoco puede separarse de los colores. Sin embargo, las palabras para designar los colores tienen un carácter de vaguedad que conduce muchas veces a una confusión en la comunicación intercultural.
En una de mis clases enseñé las palabras de los colores a los alumnos y encontré que para ellos el color “morado” y “violeta” no son lo mismo, que morado es más oscuro que violeta. Pero según la visión de los chinos, el morado es casi igual que el violeta; lo que llaman los españoles el color violeta para nosotros es más parecido al color azul oscuro.
El ojo humano es capaz de distinguir varios millones de colores en función de las condiciones de observación [1], mientras que las palabras son muy limitadas. Además, nadie puede distinguir exactamente en qué punto empieza el color rojo, ni en qué punto termina. Diferentes personas pueden señalar diferentes límites. Por ejemplo, la palabra del inglés “brown” tiene dos palabras correspondientes en idioma español, que son “marrón” y “pardo”. Pero el “brown sugar” en español se llama “azúcar negro” o “azúcar moreno”. Mientras que en chino, se llama “hóng táng (azúcar rojo)”.
Para esta confusión hay una solución simple. Primero, estas palabras provienen de las cosas concretas, o sea las existentes en la naturaleza. Por ejemplo, según la etimología, la palabra “blanco” viene del germánico blank, que era como los teutones se referían a sus caballos más claros. Y en el idioma chino, la palabra “hóng ”, “rojo” en español, proviene del color de sangre o el sol.


Entonces, cuando no podemos describir u olvidamos cómo se llama este color, la buena manera para definirlo es con la ayuda de las cosas concretas. En el idioma navajo, que es un grupo de lenguas amerindias, no existe una palabra que resuma el color “negro”, sino dos palabras concretas para representar ese color – “oscuro como carbón” y “oscuro como la noche” [2].
Por otro lado, el problema más complicado es que los colores que se usan como símbolos, a menudo tienen significados culturales muy distintos. En la antigüedad en China, los colores fueron un símbolo de la posición social de la gente. Aunque hoy en día no tienen ese significado social, siguen teniendo un determinado simbolismo. Por ejemplo, a nosotros los chinos nos gusta mucho el color rojo, que se ha transformado en un símbolo de la cultura china. Esto se debe a que el rojo representa la suerte para nosotros o, mejor dicho, la buena suerte; si quieres asistir a una fiesta china, elige ropa roja.
Pero el significado de las palabras ha cambiado a medida que se ha desarrollado la sociedad. Algunas han obtenido una nueva connotación, mientras que otras la han perdido. En tiempos anteriores, en China había muchas palabras, que hoy en día no usamos, relacionadas con el caballo porque era un transporte muy importante en aquel tiempo. Respecto al color, el “rojo”, por ejemplo, tiene un significado diferente que antes. En la palabra “hóngqí 红旗”, el morfema “hóng” significa “rojo”, el “qí” significa “bandera”, entonces la palabra indica una bandera roja; sin embargo, en la palabra “hóngrén红人”, el morfema hóng significa “rojo”, el “rén” significa “persona”, pero la palabra no implica una persona roja, sino una persona muy popular; y en la palabra “yǎnhóng 眼红”, el “yǎn” significa “ojo”, el “hóng” ya sabemos es “rojo”, en lugar de referirse un ojo rojo, significa "envidioso".

Dongchuan, China, foto de Zhang Ning

Al iniciar el aprendizaje de las palabras de los colores, es fácil tener destreza en el aprendizaje de las elementales como blanco, negro, rojo, amarillo, verde y azul, etc., aunque cuanto más papel juegue el factor simbólico o cultural, más difícil será entender la lengua extranjera.
A mí me gustan las palabras de los colores, no sólo por las connotaciones que tienen, sino también porque se usan mucho en las obras de arte, por ejemplo en los poemas. A lo mejor es una forma que puede ayudarnos a aumentar los intereses sobre estas palabras, así que tendremos ganas de aprender más. Entre otros, uno de mis poetas favoritos es GuCheng [3]:

Una generación
la negra noche me da negros ojos,
yo los uso para buscar luz.
Abril de 1979



[1] EFE, El ojo puede ver millones de colores de día y solo en blanco y negro de noche, 08/09/2012, ABC.es.
http://www.abc.es/20120908/ciencia/abci-colores-201209081248.html
[2] Stephen Ullmann, Semantics: an introduction to the science of meaning, Oxford : Blackwell, 1962: 246.
[3] GuCheng (1956-1993), poeta chino.




Xiaoling Wang es Pedagoga y Magíster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid; realiza su doctorado sobre comunicación en la UCM.

Comer, beber, amar: la sociedad moderna y la ética tradicional de China.

Kai Zeng*
Una vez, en el restaurante de la Facultad de Ciencia de Información, pregunté a mi profesor: ¨en España hay muchos platos famosos como el cerdo asado, el jamón ibérico, la paella, las tapas, la tortilla, los mariscos, etc., ¿pero cuál es lo más representativo como símbolo de la comida española?¨. Mi profesor no me mencionó ninguna comida típicamente española, con una fama nacional o internacional directamente, sino que me dijo que en España había muchos platos buenos, todos estaban marcados por pueblos determinados, tenían relación con las situaciones del clima, los suelos, la hidrografía, la vegetación, la tradición y las costumbres de los residentes locales. Por ejemplo, en la zona de las montañas cubiertas de robles, la gente cría cerdos, así evolucionaba el jamón ibérico. En Madrid podíamos disfrutar de los mejores mariscos, porque aquí existían mercados exigentes bien abastecidos.

Eso me hace pensar en la misma situación en China, en una tierra vasta y antigua en la que hay ocho cocinas, representadas por miles de platos. En el norte de China, existen praderas, hay más ovejas y vacas; la gente cocina a menudo con carne de res y el cordero. En el sur del país, existen ríos y lagos, hay más acuicultura, aves de corral, a la gente le gusta comer pescado y pollo. En las zonas costeras, el pueblo está especializado en la cocina marinera. En el sur húmedo, a las gentes les gusta el picante con el fin de deshacerse de la humedad del cuerpo. En el norte prefieren la barbacoa y el vino fuerte para resguardarse del frío. Una comida es una expresión de la cultura; la forma de comer refleja nuestros valores y nuestra actitud hacia la vida.
La cena es como metáfora de la vida, una pequeña mesa llena de una amplia variedad de platos refleja nuestro sueño, deseo, amor y conflicto, describe nuestra relación personal y la realidad cultural y social. A través de la película Comer, beber, amar (1994), el director Ang Lee nos reconstruye unas escenas auténticas de la práctica cultural china. También muestra a todo el mundo el choque de los valores morales tradicionales entre oriental y oriental, entre tradicional y moderna.
Empieza por unos planos vivos: el aceite está hirviendo en la olla; las verduras, pescados, cerdos y pollos fueron cortados ordenadamente, el fuego y el humo están bailando; uno y otro plato salen mientras exhalan el aroma. En una cocina dentro de una casa, o una casa dentro de una cocina, el padre Zhu, un cocinero profesional, está realizando una carrera contra el tiempo para preparar la comida y espera el regreso de sus hijas. Las fotos colgadas en la pared nos cuentan el fondo de la identidad, la fama y gloria de este personaje.



En China hay un refrán: la comida es considerada por el pueblo como el cielo, también es traducida en español como: el hambre genera descontento. Un buen cocinero no sólo es el núcleo de la cocina, también es el protagonista de la familia, al igual que este hombre, el responsable de una familia monoparental. Las verdaderas comidas chinas están hechas a mano, por sus procedimientos engorrosos de preparación, no pueden ser fabricadas por la producción estandarizada. Cada plato es la cristalización de la sabiduría, la experiencia y la técnica de su propio cocinero; es su interpretación cultural y expresión emocional. Por eso, cada cena es incopiable, está identificada por el toque personal. A los jóvenes chinos les encantan los exóticos modernos como KFC, McDonald, etc. por su fama mundial, sencillez y rapidez, pero nunca olvidan el sabor de los platos preparados por sus padres durante sus infancias. En este sentido, para el padre Zhu, esta cena tradicional, típicamente original de China, es considerada como el vínculo emocional de su familia; significa la responsabilidad, esperanza y la atención de un padre para sus hijas.
Durante miles de años, por su forma y contenido, una cena tradicional china apoya la comunicación, organización y estructura familial de manera material y espiritual. Pero vale la pena mencionar que en la antigua sociedad de China el rol del cocinero familiar era realizado sólo por las mujeres. Hasta cierto punto, en el principio, esta división del trabajo era una forma para destacar el estado y la importancia de la mujer en la familia, pero con el desarrollo de la sociedad, evolucionó en el símbolo del machismo y del pensamiento feudal. En esta obra, sobre el configuración de rol, el autor no describe una relación entre la madre y sus hijos, ni entre la madre y todos los miembros de la familia; el papel de la madre de una familia china es reemplazado aquí por el padre. El concepto tradicional de una cultura feudal se rompe y está reconstruido.
La mayoría de las personas no rechazan las comidas deliciosas, pero en esta película se enfrentan a los alimentos preparados con cuidado por un maestro de cocina; las tres hijas tienen una apatía evidente, quieren escapar de esta casa. Una suntuosa cena parece que no puede retenerlas.


¿Por qué las cosas buenas llegan a ser redundantes? En mi opinión, la felicidad de la vida viene por la libertad de la humanidad, no debe ser atada por formas y estructuras tradicionales. El padre cocinaba para mantener una estructura familiar, aunque había perdido el sentido del gusto hacía mucho tiempo. Y sus hijas estaban evadiendo la responsabilidad del mantenimiento de las personas mayores y luchando para buscar la libertad de sus propias vidas. En este momento, cualquier comida refinada perdió su sabor. Afortunadamente, empezó la formación de la reestructura. La tercera hija parece tranquila y dócil; quedó embarazada del hijo del novio de su buena amiga. La primera hija, cristiana, se casó con no cristiano. La segunda hija, ambiciosa, más abierta, también es la primera persona que propuso su idea de salir de la casa, por fin volvió a lo tradicional; renunció y se convirtió en un ama de casa voluntariamente. El padre, el defensor de la forma, estructura, moral tradicional, salió de la casa y se casó con la hija de su vecina. Por fin, todos los personajes encontraron sus propias salidas. En el laberinto de una sociedad moderna, entre los occidentales y los orientales no hay diferencia, buscando una misma naturaleza humana, desean la libertad y el amor.
En la escena final, el sentido del gusto del padre Zhu fue restaurado; un corazón feliz y libre siente el sabor y la felicidad de la vida. Confucio dijo que la comida y el sexo estaban en la naturaleza humana. Los chinos no son apáticos. La película Comer, beber, amar ayuda a los chinos que se avergüenzan de expresar emociones para realizar una vuelta a lo esencial de la humanidad.



* Kai Zeng es Máster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Realiza su doctorado en la UCM.